Los bautistas y el ministerio

“De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.”
Mateo 25:40

Una de las maneras en que los bautistas ponen su fe en práctica es por medio de ministrar integralmente a las necesidades de la gente. De múltiples maneras por todo el mundo, los bautistas procuran aliviar el dolor humano en el nombre de Jesús.

Las bases para el ministerio

El ministerio bautista a la gente está arraigado en las creencias y el gobierno fundamentales bautistas. Tal ministerio no es un elemento solo agregado sino una parte integral de la identidad bautista. El alcance, la naturaleza, y las razones por hacer el ministerio guardan relación con convicciones fundamentales bautistas. Los bautistas enfatizan la importancia del señorío de Jesucristo. El Señor Jesús llama a sus discípulos a ministrar a otros.

En su ministerio Jesús dejó un ejemplo de cuidar a toda la gente en todas sus necesidades. Como resultado de su preocupación por las necesidades físicas de la gente, él hizo que los ojos ciegos pudieran ver, las lenguas mudas pudieran hablar, las piernas cojas pudieran caminar y sanó a los enfermos (Mateo 11:5). Él le impartió salud mental y emocional a gente demente. Confirió dignidad y aceptación a gente marginada como al cobrador tramposo de impuestos y la mujer adúltera.

Además, Jesús como Señor enseñó sobre la importancia del ministerio. Les declaró a sus discípulos, “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:35). Al preguntársele cuál era el mandamiento de la Ley más importante, respondió que era doble: amar a Dios y amar al prójimo (Mateo 22:37-40). Amar al prójimo, indicó Jesús, se vive con acciones de misericordia que suplen necesidades. Él declaró que una base para el juicio eterno de la vida es qué tan bien cada persona haya suplido las necesidades de otros (Mateo 24:31-46).

Los bautistas están comprometidos con la autoridad de la Biblia para la fe y la práctica. La Biblia pone en claro la importancia del ministerio a toda necesidad humana. La Biblia enseña que debemos amar no solo con palabras sino con hechos de compasión (1 Juan 3:17-18). El Nuevo Testamento documenta cómo las iglesias primitivas lo hicieron.

Los bautistas creen que la salvación viene solo por una respuesta de fe al regalo de gracia de Dios en Jesucristo. No somos salvos por las buenas obras sino por la fe. Sin embargo, la salvación debe resultar en buenas obras. “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10). “La fe sin obras es muerta”, enseña la Biblia (Santiago 2:20).

Las personas que son salvas por fe en Jesucristo como Señor y Salvador llegan a ser creyentes sacerdotes (1 Pedro 2:5; Apocalipsis 1:6). Cada creyente sacerdote tiene la responsabilidad de ministrar a otros. El ministerio no es una tarea solo para los pastores y diáconos sino para todos los creyentes sacerdotes. Ante la magnitud compleja de necesidad humana, los creyentes sacerdotes han de ejercer su competencia del alma para encontrar y seguir la voluntad de Dios en cuanto a cuáles necesidades deben suplir. En ello dependen del poder (Hechos 1:8) y del liderazgo del Espíritu Santo (Gálatas 5:25).

Los bautistas practican el gobierno eclesial congregacional, la autonomía de la iglesia local y la cooperación voluntaria. La denominación bautista no decide—ni se le permite decidir—cuáles ministerios las iglesias deben llevar a cabo o cómo deben relacionarse en el ministerio. Las iglesias realizan una gran variedad de ministerios. Ellas también trabajan juntas en cooperación voluntaria para ofrecer ministerios más allá de la congregación local a través de las obras de asociaciones, convenciones, sociedades y uniones.

Un compromiso firme con la libertad de religión ha llevado a los bautistas a llevar a cabo los ministerios sin recurrir a la coacción. Los individuos y las iglesias están en libertad de escoger cuáles ministerios deben realizar. Los ministerios se realizan por medio de ofrendas voluntarias de los bautistas (2 Corintios 8:1-8), no por fondos recaudadas de impuestos o de cuotas denominacionales, pues ambos implican la coacción. El ministerio bautista está arraigado en la participación voluntaria, el apoyo y la cooperación.

El alcance del ministerio

El alcance del ministerio bautista se fundamenta en el ejemplo y las enseñanzas de Jesús y las instrucciones de la Biblia. Por lo tanto, el ministerio es para la persona entera, para todas las personas y en todas partes.

La persona entera es la preocupación del ministerio bautista—espiritual, física, mental, emocional y social. Las necesidades físicas se suplen a través de ministerios tales como la provisión de alimentación, vestimenta, agua potable, albergue y atención médica. Las necesidades mentales y emocionales se suplen por medio de la consejería, la visitación de los encerrados y la predicación y la enseñanza positivas. Las necesidades sociales se suplen por el compañerismo, la recreación y la integración de las personas solitarias y marginadas en estas y otras actividades. Las necesidades espirituales se suplen por medio del evangelismo, las misiones, el discipulado y la educación cristiana. Por lo general los bautistas consideran incompleto este ministerio si no incluye un componente espiritual, como el evangelismo y el cuidado espiritual.

Los bautistas también ministran a todas las personas—gente de toda edad y de toda condición física, emocional y mental; toda raza, cultura, clase, filosofía y credo; y todo nivel económico, educacional y social.

El ministerio bautista se encuentra en una gran variedad de lugares. Zonas urbanas de pobreza, prisiones, bases militares, hospitales, zonas rurales, centros de refugiados, sitios de desastres naturales…hay un sin fin de lugares donde ministran los bautistas. Los ministerios bautistas se encuentran local, regional, y nacionalmente y por todo el mundo.

Métodos de ministerio

El ministerio bautista se realiza por una diversidad extensa de métodos. Éstos son empleados por individuos, iglesias, instituciones y organizaciones denominacionales como las asociaciones y las convenciones.

De acuerdo al ejemplo y los mandamientos de Jesús, los individuos bautistas ministran a la necesidad humana. Por sí mismos, aparte de cualquier organización, los bautistas vendan las heridas de los quebrantados de corazón, visitan a los enfermos y a los que están agonizando, animan a los abatidos y realizan una multitud de otros ministerios. Además hay individuos dedicados que se constituyen en un ejercito de voluntarios y miembros de staff que hacen posible que las iglesias y otras organizaciones sirvan a la gente.

Las iglesias bautistas de varios tamaños y locales ministran a la necesidad humana. Además de suplir las necesidades espirituales a través del evangelismo y el cuidado cristiano, las iglesias responden a otros aspectos del dolor humano—físico, mental, emocional y social. La consejería para el angustiado, comida para el hambriento, ropa para el pobre, transporte para el discapacitado…la lista de ministerios es interminable.

Las instituciones bautistas ministran a la necesidad humana. Los bautistas fundaron colegios y universidades para suplir la necesidad educativa de la gente antes de que existieran escuelas públicas y universidades financiadas por los fondos públicos. Las instituciones que cuidan al huérfano y otros niños necesitados se encuentran entre las instituciones bautistas más antiguas. Los bautistas apoyan instituciones para cuidar a los ancianos. Los hospitales y clínicas bautistas realizan ministerios amplios por medio de la capellanía y programas de caridad. Muchas instituciones envían miembros de staff y voluntarios a varias partes del mundo para hacer ministerio.

Las organizaciones bautistas de diferentes clases suplen las necesidades de la gente de maneras numerosas. Algunas de éstas se desempeñan en tiempos de desastres naturales, como las inundaciones, los huracanes, los tornados y terremotos, para atender a los damnificados. Las organizaciones proveen comida, agua y ropa y ayudan en la reconstrucción de casas e iglesias. Otras ofrecen programas a largo plazo como adiestramiento laboral para los que están sin empleo y alfabetización para los que no pueden leer. Algunas de estas organizaciones funcionan por sí solas, mientras que otras colaboran con varios grupos religiosos y seculares.

Las convenciones y asociaciones bautistas de las iglesias promueven muchas de estas instituciones y organizaciones, canalizan los fondos donados por las personas y las iglesias y ayudan a coordinar los esfuerzos ministeriales.

Conclusión

El ministerio en formas numerosas juega un papel importante en la vida bautista. Instruidos por la Biblia y con el poder del Espíritu Santo, los bautistas se esfuerzan por ministrar en el nombre de Jesús a la persona entera, a todas las personas, y en todas partes para la gloria de Dios Padre.

“O, cristiano, en vez de disputar, déjeme decirle cómo usted puede comprobar su religión,
¡Vívala! ¡Vívala!”
Charles Hadden Spurgeon
Pastor bautista, Londres, Inglaterra, siglo diecinueve