Los bautistas: la adoración

“Venid, adoremos ….”
Salmos 95:6

«Que los bautistas ‘son personas libres’ encuentra su expresión en la variedad extensa de prácticas de adoración en sus iglesias…”
William R. Estep
¿Por qué los bautistas? Un estudio de la fe y herencia bautistas

La palabra “adoración” se deriva de una antigua palabra inglesa “worthship”. La adoración consiste en declarar por palabra y hecho que Dios es digno de nuestro amor absoluto, devoción total y obediencia completa en toda dimensión de la vida (Apocalipsis 5:12).

La naturaleza de la adoración

Declaramos que Dios es digno de nuestra dedicación completa por la forma en que vivimos diariamente (Romanos 14:8). Demostramos nuestro amor para con Dios por nuestro servicio a otros a través del evangelismo, las misiones, el ministerio, y los esfuerzos por desarrollar un mundo más justo y compasivo.

Los bautistas enfatizan estos aspectos variados de la adoración. También creen que hay momentos de adoración cuando nuestro enfoque completo está puesto en Dios y en nuestra relación con Dios. Tales momentos ofrecen una oportunidad de adorar y alabar a Dios, confesar el pecado y buscar el perdón de Dios, manifestar gratitud a Dios, y colocar nuestras peticiones delante de Dios.

Así los bautistas vienen pregonado la importancia de la adoración privada por los individuos, la adoración familiar en las casas y la adoración congregacional por las iglesias. Cada una de éstas debe ser caracterizada por la libertad.

Adoración por una congregación

Los bautistas creen que la adoración congregacional es un ingrediente imprescindible de la vida de la iglesia (Hebreos 10:25). El NuevoTestamento no proporciona instrucciones específicas para la adoración congregacional pero sí contiene algunos ejemplos de cómo adoraban los primeros cristianos.

La denominación bautista no prescribe patrones de adoración para las iglesias–ni ninguna otra cosa tampoco. Consultando la Biblia para su orientación, cada congregación determina en libertad su propio patrón. La adoración por congregaciones bautistas varía entre las iglesias, pero ciertos elementos casi siempre están presentes. La libertad es la marca distintiva de cada uno de éstos.

El día y la hora para la adoración congregacional varía entre los bautistas. Sin embargo, la mayoría de los bautistas celebra servicios de adoración los días domingos (Hechos 20:7; 1 Corintios 16:2). El número de servicios y la hora varían según cada iglesia.

Las personas quienes dirigen la adoración también varían. En un culto típico el pastor preside y predica, un líder de alabanza dirige los cantos, y miembros designados de la congregación y/o el “staff” de la iglesia dirigen la oración pública, dan testimonios y/o recogen la ofrenda. Las personas que dirigen la adoración están en libertad para vestirse de cualquier forma que la congregación considere apropiada.

La Biblia es primordial en la adoración bautista (2 Timoteo 3:15-17). La denominación bautista no tiene ninguna autoridad para decretar cómo usar la Biblia. Las iglesias están en libertad para escoger qué traducción de la Biblia usar, qué textos leer y en qué parte del servicio leer la Biblia. Se practica la lectura de la Biblia tanto por individuos como por la congregación.

La oración es fundamental para todo culto bautista de adoración, tanto la oración privada como la oración pública (Marcos 11:17; Filipenses 4:6). No hay oraciones prescritas por la denominación. Cualquier miembro de la congregación puede dirigir en oración. Muchas veces el pastor dirige una “oración pastoral” que puede ser escrita de antemano, pero por lo común se expresa espontáneamente.

El sermón es una parte principal del culto bautista de adoración (Hechos 20:7-9; Timoteo 4:2). En cuanto al sermón, el predicador está en libertad para escoger el tema, la clase de sermón y el texto. La denominación no impone ninguno de éstos. El estilo de predicación también depende del predicador; algunos leen de un manuscrito mientras que la mayoría predica con notas o de manera extemporánea.

La música juega un papel importante en los cultos bautistas de adoración (Salmos 100:2; Efesios 5:19). De nuevo, la libertad está en evidencia. Aunque en casi todas las iglesias la congregación participa en el canto, el estilo de música que se entona varía bastante. Además de la congregación, se oye el canto por grupos corales, equipos de alabanza, solistas y grupos vocales en la adoración bautista. Los instrumentos musicales tocados en los cultos de adoración también varían, e incluyen los pianos y órganos así como varios otros instrumentos.

Los testimonios son otro distintivo común en los cultos bautistas de adoración. El tema del testimonio depende quién lo da y del tema que la iglesia está enfatizando en ese momento.

Se recoge casi siempre una ofrenda en los cultos (1 Corintios 16:1-2). Las iglesias bautistas se sostienen por los diezmos y las ofrendas que se dan libremente.

El llamado es una parte de la mayoría de los cultos bautistas de adoración, como el llamado a los perdidos a poner su fe en Jesús como Señor y Salvador personal, a personas en general a hacerse miembros por “carta o por “declaración”, a los cristianos caídos a volver a dedicar sus vidas a Cristo y a otros a comprometerse al “servicio a tiempo completo”. En muchas ocasiones se le anima a la gente a hacer pública su decisión, pasando al frente y compartiendo su decisión mientras que se toca un himno de invitación después del sermón.

El bautismo y la Cena del Señor pueden formar partes del culto de adoración. De nuevo, cada congregación está en libertad para escoger cuándo y cómo observar estas dos ordenanzas.

El culto de adoración se puede celebrar en casi cualquier lugar. Sin embargo, los cultos semanales de adoración por lo general se realizan en un edificio diseñado específicamente para dicho propósito.

El diseño de los edificios para el culto de adoración varía dependiendo de los deseos y los recursos de la iglesia. Un arreglo común es que la congregación esté sentada mirando hacia la mesa del Señor la cual está ubicada en frente del púlpito, a veces con una Biblia de encima, y con el bautisterio ubicado detrás del púlpito. Este arreglo resalta la centralidad de la proclamación de la Palabra de Dios en la adoración y la importancia de las dos ordenanzas del bautismo y la Cena del Señor.

La adoración y otros enfasis bautistas

La adoración bautista está estrechamente relacionada a las doctrinas y al gobierno bautistas. Por ejemplo, la creencia en el señorío de Cristo guía la convicción bautista de que en la adoración las iglesias deben enfocarse en Jesús y buscar cómo encontrar y seguir su voluntad.

La convicción bautista de que la Biblia es la autoridad para la fe y práctica se manifiesta en la adoración a través de la centralidad de la Biblia. Dado que la Biblia es un libro de Dios acerca de Dios se merece un lugar céntrico en la adoración de Dios. La Biblia es la base para las oraciones, los sermones y la música.

Las enseñanzas bíblicas acerca del sacerdocio del creyente (1 Pedro 2:5; Apocalipsis 1:6; 5:10), la competencia del alma, el gobierno congregacional, y la autonomía de la iglesia local (Hechos 6:1-6; 13:1-3; 2 Corintios 8:1-8) apoyan las convicciones bautistas de que cualquier creyente tiene derecho de dirigir la adoración y que cada iglesia, según el señorío de Cristo, debe estar en libertad para determinar el lugar, los elementos y los que dirigen la adoración.

La convicción bautista de que Jesús dejó dos ordenanzas para que las iglesias las observaran, el bautismo y la Cena del Señor (Mateo 28:18-20; 1 Corintios 11:23-29), guía tanto el diseño físico del centro de adoración como la presencia de las ordenanzas en la adoración.

La enseñanza de la Biblia de que la salvación es solo por gracia por medio de la fe en Cristo (Efesios 2:8-10) guía la adoración bautista en el sentido de que no se incluye nada en el servicio que se pueda interpretar como un medio de salvación además de la fe.

La libertad religiosa (Gálatas 5:1) resplandece en el concepto bautista de la adoración. Para que sea genuina, la adoración debe ejercerse con libertad, nunca bajo obligación. Las iglesias deben estar en libertad para determinar el día, la hora, el lugar y el orden de la adoración. Por razón del profundo compromiso de los bautistas al liderazgo del Espíritu Santo (Gálatas 5:18), tal libertad no debe resultar en la confusión sino que todo se debe hacer “decentemente y con orden” (1 Corintios 14:40).

Conclusión

La adoración bautista de Dios varía de muchas maneras entre las iglesias pero ciertos elementos casi siempre están presentes por las convicciones bautistas fundamentales. Cualquiera que sea el estilo, la adoración bautista debe siempre buscar glorificar a Dios y a nadie más.