Los bautistas: ¿está en peligro la membresía regenerada de la iglesia local?

“Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios..”
Efesios 5:5

La meta de una iglesia integrada solo de creyentes aparece repetidas veces en las confesiones bautistas de fe. A lo largo de los siglos, los teólogos, pastores y otros líderes bautistas no han afirmado ningún modelo que no sea el de una comunidad eclesiástica de personas nacidas de nuevo. Ése es el ideal. ¿Pero es una realidad?

¿Hay evidencia de un decaimiento en la membresía regenerada de la iglesia local?

El distinguido historiador bautista, William R. Estep declaró, “Los bautistas en los Estados Unidos están en peligro de perder su insistencia en una membresía regenerada en la iglesia local.”

Otros observadores de la vida bautista concuerdan con Estep y citan como evidencia de ello tales factores como el número enorme de miembros bautistas no-residentes y las características de muchos miembros residentes que incluyen su falta de participación en la vida de la iglesia, un bajo nivel de apoyo financiero, poco compromiso con el evangelismo, las misiones y el ministerio, y un estilo de vida que contradice las enseñanzas de Jesús.

Claro que algunos de estos factores podrían ser el resultado de condiciones aparte de una condición no regenerada, como ser “cristiano caído” o quizás inmaduro (1 Corintios 3:1-3; Efesios 4:11-16). Y sin duda, muchos miembros de las iglesias son seguidores plenamente dedicados a Cristo. Sin embargo estos factores no se darían en tanta abundancia si los miembros de las iglesias fueran verdaderamente nacidos de nuevo.

¿Por qué ha deteriorado el ideal de una membresía regenerada de la iglesia local?

Aunque tales condiciones se han dado en una medida u otra desde los tiempos del Nuevo Testamento, la evidencia indica que su incidencia va en aumento. No hay una explicación sencilla por este aparente deterioro de una membresía regenerada de la iglesia. Las causas varían de iglesia a iglesia. Es más, no todas las iglesias se ven igualmente afectadas.

Un factor que contribuye a este deterioro parece ser una actitud de alta tolerancia que prevalece en nuestra cultura hoy en día. En la vida de la iglesia tal actitud se manifiesta así, “No está bien juzgar si una persona es salva o perdida y si califica para la membresía de la iglesia.” Como resultado, algunas iglesias aceptan a personas para la membresía con poca o nada de intercambio profundo con ellos sobre la naturaleza de la salvación y membresía de la iglesia.

Tal intercambio es significante porque la salvación es más importante que la membresía y en lo ideal debe siempre preceder la membresía en la iglesia. Una persona puede saber todos los datos acerca de Jesús y las “respuestas correctas” acerca de la salvación (conocimiento de cabeza) sin haber experimentado con sinceridad el regalo de gracia de la salvación en Cristo (conocimiento de corazón).

La evaluación de la condición espiritual de otros debe hacerse con mucha oración, humildad, y discernimiento. Jesús advirtió que no juzgáramos a otros cuando nuestros propios pecados son muchos (Mateo 7:1-5; Juan 8:1-11). Una actitud farisaica, severa, legalista, y santurrón no sirve bien la causa de Cristo. Por otro lado, no prestar atención al énfasis bíblico de la importancia de la congregación de los nacidos de nuevo quienes permanecen en las enseñanzas de Cristo, también perjudica la causa de Cristo (1 Corintios 5:9-13; Efesios 5:1-7, 27; 2 Tesalonicenses 3:14-15; Apocalipsis 2:18-22).

La naturaleza de nuestra sociedad aumenta el desafío de mantener una membresía regenerada. Por ejemplo, en nuestra sociedad altamente móvil y urbana, a menudo se conoce muy poco acerca de las personas que buscan membresía en la iglesia. Dicha circunstancia, combinada con la inquietud de parte de los miembros por no juzgar a los demás, crea la probabilidad de que personas no redimidas sean aceptadas a la membresía.

La presión por incrementar el número de la membresía de la iglesia es citada como otra causa. C. E. Colton observa desde la perspectiva de un pastorado largo, “Los métodos que recurren a la presión fuerte que usan algunos fanáticos bien intencionados resulta en decisiones de hacerse miembro de una iglesia sin una conversión verdadera.”

El bautismo de niños pequeños como miembros de la iglesia puede ser otra causa. Algunos niños buscan ser bautizados por razones equivocadas; por cierto, cualquiera podría hacerlo. Pero los niños son más susceptibles a querer ser bautizados porque sus amigos lo hacen o por la presión de sus padres o de sus maestros de la escuela dominical. Por su puesto, algunos niños son capaces de entender que necesitan a Jesús como Salvador personal por su pecado. Así, cuando los niños pequeños quieren ser bautizados, merecen una orientación cuidadosa.

En el pasado muchas iglesias bautistas reprendían a miembros acerca de su comportamiento que no era consecuente a la vida cristiana. Si tales personas no se arrepentían, entonces estaban en riesgo de perder su membresía. Varias escrituras fueron citadas para apoyar tal acción, como Mateo 18:15-21 y 1 Corintios 5:9-13. Hoy en día las iglesias generalmente tienden a enfatizar predicación evangelística, el discipulado, y el crecimiento cristiano, citando pasajes como Gálatas 6:1, Efesios 4:1-5:21 y Santiago 5:19-20. La meta en ambas perspectivas es una membresía eclesial de personas regeneradas.

¿Por qué es de preocuparse una declinación en la membresía eclesial de personas regeneradas?

El declive notable en la membresía regenerada de la iglesia debe ser una preocupación por varias razones.

El descuido de una enseñanza bíblica tan medular como es la de una membresía regenerada de la iglesia podría indicar una falta de compromiso con la autoridad de la Biblia.

Los bautistas han enfatizado que la iglesia ha de ser una asamblea de sacerdotes creyentes. El crecimiento cristiano se ve beneficiado por el compañerismo con otros sacerdotes creyentes. Si la membresía de una iglesia no está compuesta de sacerdotes creyentes, el compañerismo no contribuye tanto al discipulado cristiano como debe.

Los bautistas también insisten que Cristo es Señor no solo de individuos sino también de las iglesias. El gobierno de una iglesia bautista corresponde a los miembros, bajo el señorío de Cristo. Si los miembros no reconocen a Cristo como Señor, entonces es probable que las decisiones se tomarán aparte de la voluntad de Cristo. Ello significa que la iglesia llegará a ser cada vez más secular y mundana.

Tal iglesia mundana probablemente no dará atención a los propósitos fundamentales de la iglesia, como el evangelismo, las misiones, y el ministerio. Por consiguiente, algunas de las razones precisas por la existencia de la iglesia no serán enfatizadas.

¿Qué se puede hacer para lograr una iglesia regenerada?

Lograr que un iglesia local sea verdaderamente compuesta de personas nacidas de nuevo, es un desafío formidable. Sin embargo, hay varias cosas que se pueden hacer, si se mantiene la oración como el ingrediente principal en todo lo que se haga.

Una iglesia debe enfatizar la importancia de una membresía de personas nacidas de nuevo, resaltando que la experiencia de salvación siempre tiene que preceder la membresía en la iglesia. Cada persona debe aceptar responsabilidad por evaluar su condición espiritual, reflexionando en preguntas como, “He experimentado verdaderamente la salvación por fe en Cristo?” y “Estoy creciendo como cristiano?” Se les debe instar a buscar consejo espiritual a los que responden con la negativa.

Cada iglesia debe establecer un proceso sabio, discerniente, y amoroso, capaz de evaluar si los que buscan membresía dan evidencias de haber nacido de nuevo.

Cada iglesia también debe ofrecer de manera permanente una clase eficaz para enseñar miembros prospectivos y nuevos el plan de salvación, la importancia de la madurez cristiana y cuáles son las expectativas para los miembros de la iglesia. Tal clase debe ser requerida tanto para los que se unen a la membresía por medio de una profesión de fe como para los que se unen por una carta o declaración.

Conclusión

Debemos hacer todo lo que podamos, con la ayuda de Dios, para lograr la meta bíblica de una iglesia integrada de personas nacidas de nuevo. La falta de procurarlo resultará en consecuencias desastrosas para individuos, iglesias, y el avance de la causa de Cristo.

“Los bautistas en los Estados Unidos están en peligro de perder su insistencia en una membresía eclesial de personas regeneradas.”
William R. Estep
¿Por qué bautistas?